domingo, 6 de febrero de 2011

EL CASO DEL CRIMEN RITUAL DE RAMONCITO FINALMENTE PARECE RESUELTO

Develaron el macabro crimen de "Ramoncito"..
 
Una chica de 14 años reveló la aberrante trama de drogas, prostitución infantil y un cóctel denigrante donde satanismo, secta y castigos físicos y psicológicos acabaron con la vida de Ramón González de 12 años en octubre de 2006. Su cuerpo fue descuartizado en un rito y por ello hay 7 detenidos y dos prófugos. Violación, abuso, trafico y comercialización de drogas, explotación de menores, aborto, todo esto en un maremagnun de gente y lugares, que difícilmente pueda escapar a cualquier policía.



Demasiadas personas participando, demasiados lugares utilizados, automóviles, celulares, dinero. El testimonio de la testigo estrella del Caso Ramoncito, una menor de 14 años, que habló entre septiembre y octubre de este año con la Justicia, dando una infinidad de detalles del caso, termina generando un dramático interrogante.

La niña cuenta en el expediente, con pasmosa seguridad, cada detalle de lo que acontecía en lo que a todas luces es un submundo, mezcla de secta y grupo sexual, en donde no hay exclusiones por condiciones de clase social. Personas acomodadas, de apellidos reconocidos, hasta sujetos desconocidos, con apodos que grafican su humildísima condición como la “Puchero económico”.

“Ramoncito, estaba sentado en un sillón marrón que llevó M… y le pusieron ahí a Ramoncito, después de eso el quedó medio boludo, se empezaba a reír y le hicieron cosas, le acostaron en una mesa de M… y le hicieron algo parecido a lo del viernes, le sacaron el pantalón e hicieron una oración, "el santísimo cuerpo", era una alabanza de veneración a Ramoncito, cuando le sacaron el pantalón del abrieron las piernas , le pusieron unos cositos en las piernas, eran parecidos a las reglas pero tenían una luz, le pusieron otra mas cerca de las piernas pero con otro color de luz, después le inyectaron una inyección en sus partes de abajo, en los testículos, para que no sienta dolor se suponía que era eso, después le pusieron unos cositos en los pies que tenían otro colores, eran como una regla pero más finito, parecido a una birome y marcaba una lucecita”.

“Después le dieron vuelta, le pusieron boca abajo, por la parte del cuello le pusieron un cosito parecido a una bincha (sic) pero se cierra, era parece un alambre como las que se usan en los anillos, le pusieron otro en la cabeza, yo estaba sentada atada de los pies y tenia que escribir un firmamento, nadie grababa ni filmaba nada, le hicieron el cruce cuatro caminos en la cabeza, le hicieron unas letras con una birome en la cabeza en los costados de la cara, uno en la frente y otro atrás de la cabeza, después le pusieron esa cosa larga que miden los albañiles desde la cabeza hasta los pies, después medían la meza, después indicaron el trébol, era un dibujo que tenían que hacerle en la espalda con una birome después le pusieron otros cositos debajo de la rodilla, le ataban con una goma primero y después le ponían esas cosas, después le pusieron un palito en la parte de atrás por la cola, era otra cosa mas grande que un palito, después le pegaron con un estico (sic) en la espalda con dos nombres, tenía que separar el hueso de la espalda uno en cada lado y el que lo hacía decía que lo visitó el Juan Pablo II, y después puso un apellido en compañía de su madre, después le pusieron un libro en la panza que decía Puertos Satánicos después le pusieron un elástico que le quedó en la panza, después le pusieron una liga en las piernas, eso es lo que decía el firmamento que estaba doblado en un papel, el firmamento son hojas de máquina donde se va escribiendo lo que va pasando y ellos le llaman Firmamento de las flores mas bellas, es a la vez una instrucción o como algo que falta”, señala la menor en el crudo relato.
La testigo, hace un repaso de infierno que vivió, pero acostumbrado a ella, pocas veces estremecida. Su terrible cotidianeidad la había atrapado de tal modo, que el relato denota una instrucción aprendida, incluso con el consentimiento de sus propios familiares. Como si tanta barbarie fuera normal.