La principal hipótesis que manejan los investigadores por el crimen del propietario de una chacra en Curuzú Cuatiá es que lo mataron por no pagar una deuda.
Se investiga la relación que tuvo con diferentes clientes en las últimas semanas. Además de carpintero y dueño de una casa de venta de muebles, trascendió que Francisco Argüello se dedicaba a ser prestamista. Así como también que vendía y compraba vehículos. Todas las pistas indican que el móvil fue un presunto ajuste de cuentas.
Tras la declaración de uno de los empleados quien fue atado de pies y manos por el grupo de ladrones que en todo momento actuaron a cara descubierta. Se-gún el testimonio de esta persona, los delincuentes manifestaron que Argüello tenía una deuda con ellos.
“Está duro para pagar, no quiere soltar la plata, pero ahora le vamos a sacar”, fueron las palabras de uno de los asaltantes que se mostraba como el líder de la banda. La declaración del maleante se dio en el momento que ataban a los trabajadores de la chacra, y horas después ejecutarían al propietario de un disparo en la cara.
Por otra parte, policías del gabinete científico llegaron a la localidad para elaborar el identikit de los homicidas. Para ello se valieron de la descripción que hizo la viuda, Zulma González, de 67 años, y los dos empleados. En los próximos días ese material podría ser difundido a la prensa. Al cierre de esta edición se realizaban diferentes operativos para dar con los responsables del crimen.
En el caso caratulado como supuesto homicidio y privación ilegítima de la libertad, trabaja la Brigada de Investigación de la Unidad Regional III, a cargo del comisario mayor Fidel Romero, el fiscal Dr. Larretegi Saloj y el juez de Instrucción Martín Vega.